Este es un muy buen drama histórico. Se trata del último virrey de la India, quien llega con su esposa, encargado por la corona británica para hacer efectiva la independencia del país trasladando todos los poderes a un nuevo gobierno local. Este periodo de la historia estuvo bastante convulsionado por la división étnico religiosa entre hindúes y musulmanes que generó casi un millón de muertos y varios millones de desplazados. La película cuenta cómo se vivieron estos hechos en la casa del virrey, un palacio gigantesco, con una narrativa a lo Downton Abbey: mostrando las vivencias desde el punto de vista de los gobernantes ingleses, dueños de casa y la servidumbre compuesta por nativos, todo a gran escala con muchísimos extras. Difícil tratar una coyuntura tan compleja en menos de dos horas pero aún así muy bien realizada toda la producción; y la ambientación es perfecta pues fue filmada en los sitios donde ocurrieron los hechos. Dirigida por Gurinder Chadha, la película por momentos llega a tener ciertos tintes de Bollywoodpero sigue siendo excelente. Mención aparte merece la actuación de Gillian Anderson que seguro estará nominada a un Oscar.