Uno espera que si un monstruo acosa a un niño, o a cualquiera, sea, al menos, con intenciones homicidas. Pero en esta película un monstruo árbol, que no se diferencia mucho de un ent de El Señor de los Anillos, se le aparece a un niño que no pasa por su mejor momento: su mamá está muriendo de cáncer, le hacen bullying en el colegio, no tiene amigos, vive con una abuela dictatorial y el papá vive al otro lado del océano y poco le interesan sus problemas. Basada en la novela de Patrick Ness, la trama es profunda y compleja con tintes bastante obscuros. El monstruo quiere contarle al niño tres historias y retarlo a que después él le cuente de vuelta una historia, todo con el fin de obligarlo a confrontar su realidad. Estas historias están planteadas mediante unas animaciones muy bien logradas, con argumentos sencillos pero geniales. El monstruo no le resuelve los problemas al niño, los más sensibles llorarán varias veces durante la película y no hay finales felices, tal vez una especie de catarsis. ¿Entonces por qué verla? Sencillamente porque la película es muy buena, un poco brutal pero buena. Yo la vi solo porque aparece Felicity Jones aunque no cuadra mucho ni se ve muy convincente en el papel de madre enferma terminal, pero valió la pena verla.