Esta es una visión bastante cruda del mundo del rugby. Un jugador de Nueva Caledonia lo deja todo para jugar profesionalmente en Francia pero nada resulta como lo esperaba. Muy lejos de películas como "Invictus" aquí no importa la gloria sino poder salir adelante un día a la vez; no importa si hay que venderse como mercenario. A ratos se pone depresiva pero nunca aburridora. Un buena parte fue filmada en la isla de Wallis y la fotografía es de lo mejor.