Un condecorado veterano de la Primera Guerra Mundial consigue trabajo como operario de un faro ubicado en una remota isla en la costa oeste australiana donde él es el único habitante. El sitio le resulta ideal para superar las terribles experiencias de la guerra pero en sus ocasionales salidas a tierra firme conoce a una chica, se enamoran y después de un tiempo se casan y se van a vivir en la isla del faro. Hasta ahí es perfecta la historia de amor. Pero ella quiere tener hijos y cada vez que queda embarazada pierde al bebé, lo cual la frustra y va haciendo amarga la vida de la pareja. Un día aparece una balsa cerca a la isla; en ella hay una bebé llorando y el cadaver de un hombre. La mujer quiere quedarse con la niña, pero el deber de su esposo es reportar el incidente. Finalmente ella lo convence de no decir nada y hacer pasar a la pequeña como hija suya. Aunque parece que ya lo tienen todo para ser felices luego vendrán las trágicas consecuencias de esa acción. Basada en la novela de Margot Stedman, la historia podría parecer aburrida pero mantiene el interés del espectador todo el tiempo (estar a solas en una isla con Alicia Vikander ya es interesante) y se ve enriquecida por la música además de los paisajes de Tasmania y Nueva Zelanda donde se hizo el rodaje.