El poco optimista título de la película es muy adecuado para lo que se ve en pantalla. Un tipo que sale a navegar en su velero y le pasa todo lo malo que le puede pasar. Se trata de una oda a la Ley de Murphy. El escritor Kurt Vonnegut decía que había que ser un sádico con los personajes y ponerlos en las situaciones más infames para que muestren de qué están hechos. En este caso al protagonista le toca resolver al mejor estilo McGyver. Un aspecto interesante es el limitado casting, Robert Redford es el único actor. Y al personaje no le gusta hablar a solas, así que no tuvo que esforzarse memorizando diálogos. La soledad es un elemento importante ya que aumenta el dramatismo de las situaciones.