En este caso la calidad de la película es puramente subjetiva. Es difícil de ver, tanto así que en E.U. no tuvo clasificación, o sea que más que para adultos es una película que queda para ser vista por cuenta y riesgo de cada quien. Desde la primera escena puede ser abominable, ofensiva, incómoda o todas las anteriores; así que hay que verla con mente abierta y si se es de los que prefiere cosas que no hieran su sensibilidad mejor no intentarlo. No es una comedia pero desborda humor negro, aunque qué tanto se pueda entender o disfrutar depende de qué tan perturbado esté uno. La trama se centra en una adolescente, entre incomprendida y desequilibrada, que tiene problemas serios de todo tipo incluida una familia disfuncional, como la de casi todo el mundo. Aunque parece que la película es el reflejo de una mente enferma la exposición de lo atroz es una denuncia indignada contra instituciones y convencionalismos sociales que exigen que los individuos encajen, así sea en apariencia, para no ser excluidos como parias. Merece ser vista así sea solo porque no es apta para ningún público.